Costos de producción que impactan en un negocio
La gestión adecuada de los costos de producción de tu negocio permitirá que mantengas finanzas saludables y apuntes a la máxima rentabilidad. Aunque muchas veces dependen de factores externos es importante hacer el seguimiento pertinente para que estén bajo control y así reducir su impacto.
Además, considera que estos costos inciden en los precios de venta, en el presupuesto general de tu negocio y en las proyecciones que puedas ir haciendo en cada período de tiempo.
Cuando hablamos de costos de producción, en primer lugar, nos referimos a variables relacionadas con tres grandes áreas. Estas son la materia prima, la mano de obra y los gastos indirectos. Su combinación es lo que da lugar al producto o servicio que ofreces en tu negocio.
Ahora, veamos con más detalle a qué se refiere cada una de las áreas mencionadas en el párrafo anterior:
- Materia prima: son los materiales básicos que se requieren para producir. Estos serán transformados hasta constituir el producto final. Por ejemplo, los ingredientes que componen los distintos platos del menú de un restaurante.
- Mano de obra: incluye todos los perfiles de trabajadores necesarios para la producción. Desde los básicos hasta los más especializados. Por tanto, contempla la contratación del personal y los gastos asociados como salarios, prestaciones y demás obligaciones por ley.
Siguiendo con el ejemplo del restaurante, parte de los empleados que se necesitan para este tipo de negocio son chef, ayudantes de cocina y meseros.
- Gastos indirectos de fabricación: son todos aquellos que no forman parte directa del proceso de producción pero son necesarios.
Por ejemplo, el alquiler de un local con servicios (agua, energía eléctrica, gas, según las necesidades). Asimismo, la limpieza diaria del lugar y el mantenimiento de los equipos.
Cuáles son los tipos de costos de producción
Otra clasificación que también debemos tomar en cuenta son los tipos de costos de producción. Estos, pueden ser fijos o variables.
Los primeros son indispensables para garantizar la operatividad. Mientras que los segundos están relacionados con gastos intermitentes o que no deben pagarse todos los meses en la misma cantidad.
Entonces, entre los gastos fijos podemos mencionar los sueldos de los trabajadores, así como el pago de alquiler y servicios. Estos los tendrás que cubrir mensualmente, independientemente del volumen de ventas que hayas tenido.
Y, en el caso de los variables, sí van a depender de la actividad productiva de tu negocio en un período de tiempo. Por ejemplo, si se trata de un restaurante, la cantidad de pollo que se compra dependerá de la demanda de los platos que lo contengan por parte de sus clientes.
Considerando lo expuesto en cuanto a los costos de producción, toma aún más importancia tener un presupuesto general de tu negocio. Allí podrás especificar claramente los gastos fijos y variables.
Esto con el fin de:
● Saber cuánto dinero necesitas para cumplir con los compromisos ineludibles.
● Tener una política de precios adecuada.
● Corregir posibles desviaciones.
● Establecer claramente la rentabilidad mes a mes.
● Realizar proyecciones realistas.
Tip importante: cómo calcularlos
Justamente, un aspecto que se relaciona directamente con lo que hablamos en el apartado anterior es cómo hacer el cálculo adecuado de los costos de producción de tu negocio para contar con números reales.
En realidad es muy sencillo. Sin embargo, es fundamental tener la información a la mano; de esta manera, lograr organizarla adecuadamente para que puedas utilizarla siempre para tu beneficio.
Lo primero que debes hacer es calcular el costo total de producción. Para ello, debes aplicar la siguiente fórmula:
Costo total de producción = Materia prima + Mano de obra directa + Costos fijos y variables + Extras.
Una vez que tengas el costo total de producción podrás calcular el valor unitario por producto. Entonces, necesitas saber cuántas unidades se fabricaron y dividir esa cantidad por el costo total.
En este caso, la fórmula sería:
Costo unitario de producción = Costo total de producción ÷ Cantidad de productos fabricados.
Estas dos cifras también te ayudarán a tener un mejor control de los costos de producción de tu negocio y fijar precios adecuados. Por ello, siempre deben formar parte de tu presupuesto.
Recuerda que si hay algún cambio en los precios de la materia prima, la mano de obra, los costos fijos y variables debes actualizarlos para trabajar con información ajustada a la realidad.
Estas prácticas tan sencillas te ayudarán a gestionar adecuadamente el dinero y los recursos de tu negocio. Además de proteger las ganancias y alertarte si es pertinente aplicar algún correctivo.