En el mundo financiero, la solvencia es ese concepto capaz de determinar el éxito o el fracaso de una compañía. En este artículo, exploramos la importancia de este indicador, sus propiedades, aspectos clave y cómo mantenerla competitiva en un mundo que cambia tanto económicamente.
En Solvencia empresarial: cómo evaluarla para tu beneficio.
¿La solvencia es lo mismo que la liquidez?
La solvencia y la liquidez son dos temas aparte. Ambos están supremamente relacionados; sin embargo, gozan de diferencias puntuales. Aunque estas diferencias son difíciles de percibir, pueden ser clave para lograr rentabilidad.
¿En qué se diferencian?
Normalmente, la solvencia indica la capacidad para cumplir con compromisos de largo plazo. Se suele usar para la aprobación de créditos dada su efectividad a la hora de predecir si una empresa podrá pagar hasta el vencimiento.
Por otro lado, aunque la liquidez también se refiere a la capacidad de pago, esta se enfoca en el corto plazo. Un ejemplo son los costos de producción como las materias primas.
Ahora, un ejemplo sobre la diferencia podría ser que si una empresa tiene una deuda a 10 años por USD $500.000, pero sus activos se han valorado en un millón, pues se podría decir que es solvente. Sin embargo, eso no quiere decir que sea líquida.
Para poder decir que es líquida, debemos mirar los costos de corto plazo. Si la empresa tiene en el banco USD $100.000 y sus costos mensuales son USD $50.000, se podría decir que es líquida (por lo menos por el siguiente mes).
¿Cómo se calcula la solvencia?
Como ya sabes, este indicador determina la capacidad de pago a largo plazo. Por eso, debemos tener en cuenta los activos y la deuda. La lógica es que si los activos justifican la deuda, se puede decir que la empresa es solvente.
Para determinar esto, de acuerdo con Julián Aguilar en Coeficiente de solvencia, el ratio aceptado es activo / pasivo. Así pues, si una empresa tiene activos totales por dos millones y una deuda por un millón, su ratio será de 2. Cualquier ratio por encima de 1, se puede considerar sano.
¿Cómo analizarlo?
Lo primero por saber es que cada empresa es distinta y especial. A pesar de que este indicador es bastante uniforme, no podemos decir que funciona igual en todos los casos. Por ejemplo, una organización con necesidad constante de financiación, como un concesionario, puede que necesite más activos para soportar. Al final del día, todo afecta ambos indicadores.
Para guiar tu análisis, parte de la idea de que un índice bajo puede ser aceptable en industrias con beneficios altos. Pasa lo contrario si tu empresa está rodeada de incertidumbre constante.
¿Por dónde empezar?
Las métricas de solvencia ofrecen ventajas significativas al proporcionar una fotografía rápida de la salud financiera. Un buen punto de partida será entender en qué momento te quedarás sin dinero para cubrir tus deudas. Si eso pasa pronto, habrá que tomar decisiones. Al no tomar decisiones rápido pones en riesgo la estabilidad financiera.
A pesar de la extraordinaria reputación, estas métricas también tienen limitaciones. El más común es que ignora factores externos. Elementos como tasas de interés o tasa de cambio. Si bien, estos no cuentan con mucho espacio de control, también deberías considerarlos en tus análisis.
En conclusión, entender qué tan solvente y líquida es tu organización te dará una buena imagen de tu realidad. Además, te brindará un buen margen de acción en caso de que surjan nuevos proyectos o gastos que requieran financiación. A pesar de eso, hay factores macro que también podrían alterar tus números y deben ser considerados. Lo importante es construir tus métricas además de gestionar los riesgos financieros asociados.